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Quelle couleur de veilleuse est la meilleure pour le sommeil ?

¿Qué color de luz nocturna es el mejor para el sueño?

Dormir es esencial, pero un sueño de calidad es aún mejor. Y a veces, basta un pequeño detalle para hacer toda la diferencia... como el color de la luz en su habitación. Sí, ciertos tonos favorecen la relajación y el descanso, mientras que otros pueden perturbar su sueño sin que siquiera se dé cuenta.

Entonces, si se pregunta qué luz adoptar para crear un ambiente relajante y propicio para el sueño, está en el lugar correcto. En este artículo, le ayudamos a ver más claro (¡sin juego de palabras!) presentándole los principales colores de luz usados en las luces nocturnas y lámparas de habitación. Descubrirá sus efectos en el cuerpo, en el cerebro y, sobre todo, en su capacidad para pasar una buena noche.

La luz: más que una simple iluminación

La luz no es solo lo que nos permite ver. Es una onda, medida en nanómetros, de la cual solo una pequeña parte es visible para el ojo humano: esto es lo que llamamos el espectro luminoso visible. Entre todas estas ondas, nuestros ojos perciben principalmente tres colores llamados «primarios»: el azul, el verde y el rojo. Cada uno corresponde a una longitud de onda específica, y cada uno tiene efectos muy concretos en nuestro cuerpo.

Por ejemplo, ciertas longitudes de onda influyen directamente en nuestro reloj biológico, o ritmo circadiano. Es este ritmo el que regula nuestras fases de sueño y vigilia, especialmente gracias a la melatonina, la hormona del sueño. Por la noche, nuestro cuerpo la produce para ayudarnos a dormir. Pero al amanecer, la luz, sobre todo la luz azul, envía una señal a nuestro cerebro para detener esta producción y despertarnos de forma natural.

Linkluces de noche, más suaves, se recomiendan hoy en día para crear un ambiente propicio para el sueño. 

¿Qué color de luz de noche es mejor para dormir?

No todas las luces de noche tienen el mismo efecto sobre el sueño. Algunos tonos pueden calmar, mientras que otros perturban nuestro ritmo biológico. Aquí tienes un resumen de los colores más adecuados para favorecer un sueño tranquilo y un ambiente suave en el dormitorio.

La luz ámbar: suave y reconfortante

La luz ámbar a menudo se considera una aliada del sueño. Su tono cálido, similar al de una llama de vela, invita naturalmente a la relajación. No interfiere con la producción de melatonina, la hormona que regula los ciclos del sueño. A diferencia de la luz azul emitida por nuestras pantallas (teléfonos, televisores, computadoras), no perturba el ritmo circadiano. Incorporar fuentes de luz ámbar en el interior, ya sea en una lámpara de noche o una luz de noche, puede crear una atmósfera propicia para el sueño, al mismo tiempo que protege los ojos de una exposición nociva al final del día.

Luces cálidas: tus aliadas para dormir mejor

¿Por qué la luz roja ayuda a dormir mejor?

Linkfavorecer el sueño. A diferencia de la luz azul o blanca, no interfiere con la producción natural de melatonina, esa hormona que señala a nuestro cuerpo que es hora de dormir. 

De hecho, la luz roja no emite radiación azul o ultravioleta, conocidas por bloquear o retrasar la secreción de esta hormona. Resultado: nuestro reloj biológico se mantiene bien sincronizado con el ritmo día/noche, lo que facilita el sueño y mejora la calidad del descanso.

No es necesariamente la luz roja en sí la que provoca el sueño, sino más bien la ausencia de luz perturbadora. Por lo tanto, actúa de manera indirecta, permitiendo que el cuerpo siga su ciclo natural sin ser molestado. Algunos estudios incluso sugieren que podría fomentar la producción de melatonina, pero estas investigaciones aún son demasiado recientes para sacar conclusiones firmes. 

Por otro lado, lo que sabemos con certeza es que la luz roja crea un ambiente suave, reconfortante y no agresivo para los ojos, ideal para calmar la mente al final del día.

Los tonos naranja y amarillo: suaves para el cuerpo y la mente

Siguiendo la misma lógica que la luz roja, los tonos naranja y amarillo también son muy recomendados por la noche. También contienen poca o ninguna luz azul, lo que los hace mucho más respetuosos con nuestro ritmo circadiano. 

Permiten que el cerebro continúe produciendo melatonina de forma natural y favorecen así un sueño más tranquilo. Estos colores cálidos además tienen la ventaja de crear un ambiente acogedor, relajante y reconfortante, perfecto para desconectar después de un día ajetreado.

Aunque estos tonos puedan parecer inusuales en un dormitorio, son mucho más beneficiosos que las luces frías. Y no te preocupes, no es necesario transformar tu habitación en un decorado de atardecer: más adelante en este artículo descubrirás cómo integrar estas luces cálidas de forma sencilla y agradable en tu día a día.

La luz verde: a evitar por la noche

Aunque, en teoría, una luz verde debería emitir solo rayos luminosos verdes, la realidad suele ser un poco diferente. La mayoría de las bombillas o luces verdes disponibles en el mercado también emiten una parte considerable de luz azul. Y es precisamente esta luz azul la que puede alterar nuestro sueño.

El problema es que la luz azul inhibe la producción de melatonina, la hormona natural que prepara el cuerpo para el descanso. Resultado: aunque la luz parezca suave o relajante, en realidad puede enviar al cerebro la señal equivocada: la de mantenerse despierto. Por eso, las luces verdes generalmente se desaconsejan por la noche, especialmente en los espacios de descanso como el dormitorio. Para favorecer un sueño natural, es mejor apostar por tonos más cálidos como el rojo, naranja o amarillo, que respetan más nuestro ritmo biológico. 

Luz azul, violeta y UV: a limitar antes de acostarse

Linkutilizadas en los hogares. Esto significa que al final del día, la exposición a este tipo de luz suele ser muy alta.

Este espectro luminoso, especialmente entre 380 y 450 nanómetros, es reconocido por alterar el ciclo del sueño. Inhibe la producción de melatonina, la hormona esencial para conciliar el sueño. Por lo tanto, se recomienda encarecidamente evitar este tipo de luz en las dos horas previas a acostarse.

Incluso las bombillas llamadas clásicas emiten una pequeña cantidad de luz azul. La elección del tipo de iluminación (LED o no, color cálido o frío) puede tener un impacto real en la calidad del sueño. Afortunadamente, existen soluciones para reducir la exposición mientras se continúa usando las pantallas a diario.

Los beneficios de los colores relajantes para el sueño

Un sueño reparador es esencial para mantenerse en forma, concentrado y de buen humor. Para las personas que duermen mal o los padres con falta de descanso, cada hora de sueño cuenta. Sin embargo, la luz juega un papel a menudo subestimado en la calidad de nuestras noches.

Linkcolores de luz, como el rojo o el ámbar, son especialmente recomendados por la noche. 

  • Actúan suavemente sobre el cuerpo y la mente, con varios efectos positivos:

  • Estimulan naturalmente la producción de melatonina, la hormona que favorece el sueño.

  • Ayudan al cuerpo a sincronizarse con su ritmo biológico.

  • Reducen la inercia del sueño, ese momento de confusión al despertar.

  • Mejoran la concentración desde la mañana.

  • Favorecen un sueño más profundo y reparador.

  • Relajan los músculos, reduciendo así ciertos dolores durante el día.

Sin embargo, es importante elegir bien las fuentes de luz. Una simple bombilla roja o naranja no es suficiente: algunas todavía emiten ondas azules o verdes invisibles al ojo humano, que pueden perjudicar el sueño. Por lo tanto, es mejor optar por iluminaciones especialmente diseñadas para el descanso nocturno.

Algunos gestos simples para favorecer un mejor sueño

Mejorar la calidad del sueño no siempre requiere soluciones complejas. Algunos hábitos básicos, a veces evidentes, ya pueden hacer una diferencia real.

Dormir en completa oscuridad es uno de los primeros reflejos a adoptar. Puede parecer trivial, pero la luz, sea cual sea su intensidad o color, puede perturbar los ciclos del sueño. La oscuridad favorece la secreción de melatonina, la hormona responsable del sueño. Incluso una luz ambiental débil puede ralentizar este proceso. Por lo tanto, es preferible crear un ambiente lo más oscuro posible en la habitación.

Otro punto a no descuidar: la comodidad del lugar para dormir. Una buena cama, adaptada a sus necesidades, contribuye en gran medida a la calidad del sueño. Dormir en un sofá o en un colchón demasiado duro o demasiado blando puede provocar despertares nocturnos o dolores al despertar.

La hidratación también juega un papel. Beber un poco de agua antes de acostarse permite evitar los despertares relacionados con la sensación de sed. Sin embargo, es necesario encontrar un equilibrio adecuado para no tener que levantarse durante la noche.

Finalmente, la temperatura de la habitación es esencial. Una habitación demasiado caliente puede dificultar el sueño, mientras que una temperatura fresca (idealmente entre 16 °C y 19 °C) ayuda al cuerpo a relajarse más fácilmente. La combinación de un aire fresco y una manta acogedora crea un clima propicio para un sueño profundo y reparador.

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